En el cementerio de Xàtiva se tiene constancia de la existencia de dos fosas comunes. La primera de ellas está ocupada por las personas que perdieron la vida en el bombardeo de la estación de Xàtiva y que nunca fueron reclamadas por los familiares, muchos de ellos desconocedores del final que habían tenido sus seres queridos. En la otra fosa común no identificada permanecen los restos de aquellas personas que murieron como consecuencia de la defensa del gobierno legítimo de la República.

La escultura erigida sirve para homenajear la memoria de las víctimas de los fusilamientos y como punto de recuerdo y respecto a sus familiares. Su autora, Inmaculada Abarca, la ha titulado Sempreviva, con la intención de transmitir el mensaje de que, del mismo modo que esta planta, que aunque parece marchita, conserva la vida y la capacidad de resurgir, el ser humano tiene también la capacidad de resurgir, a pesar de los actos de barbarie, gracias a la constancia y a la lucha para recuperar la memoria.

Durante los últimos años, la sociedad setabense ha impulsado actuaciones para reparar la memoria de todas aquellas personas que fueron enterradas en las fosas comunes del cementerio de Xàtiva, tanto desde el asociacionismo como desde las instituciones. Estos esfuerzos destinados a ubicar y exhumar las fosas del cementerio de Xàtiva ya han producido resultados con el hallazgo de algunos de los restos humanos.

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CEMENTERIO

Carretera N-340, 37